Un Perú, una voz

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Igualdad. Es una palabra que, para nosotros, ya escapó de su significado básico como palabra y se convirtió en una filosofía y en nuestra forma de ver el mundo. Ahora, si aplicamos este concepto a un país como el Perú adquiere una importancia mucho más significativa tomando en cuenta de que existen aun, en la inmensa vastedad de nuestro territorio nacional, muchos mundos por descubrir o terminar de descubrir. Es así que entonces se vuelve muy importante el hecho, de no solo saber que existen muchas personas, comunidades y grupos humanos que piensan diferente; sino saber escucharlos.

Escuchar. Esta palabra es clave. Escuchar, como nosotros lo vemos, es nutrirnos, es adquirir conocimientos de un sin fin de fuentes. Perú es un país con un sin fin de fuentes, de historias: todas diferentes y cargadas de un significado completamente impresionante para aquellas personas que las cuentan y las escuchan. Desde las cálidas tierras costeñas, pasando por los intrincados territorios de la sierra hasta llegar al espeso y acogedor verdor de la selva peruana, existen mundos, mil y un mundos, esperando por ser escuchados y descubiertos.

Entonces, llega a ser, en gran medida, tarea de todos de nosotros estar dispuestos a ver las cosas desde una perspectiva diferente. Hacernos de la idea de que la única forma de llegar a conformar una nación, una verdadera nación en dónde el “choleo” –por solo decir una de tantas cosas- desaparezca y se erradique completamente y seamos capaces de ver con igualdad a nuestros hermanos, es escuchando y comprendiendo a las personas y la forma en cómo estas pueden ver el mundo.

La consigna es que busquemos eso: promover la idea, de que la sociedad no solo estará más integrada, sino que será mucho más rica si logramos integrar a las diferentes personas y grupos humanos que conviven con nosotros en nuestro país. El camino es largo, pero no imposible. Aboguemos por la multiculturalidad, por la diferencia; por ser un país con variedad, con riqueza, con mil y un historias por ser contadas.

El mejor legado que podemos dejarle a las futuras generaciones, es un país unido.